La Cofradía vivió ayer una de esas jornadas que quedan grabadas en la memoria colectiva. Con motivo de la Solemnidad de Cristo Rey, nos reunimos para celebrar nuestra tradicional Misa de Reglas y de Difuntos, un acto que además estaba marcado por un significado aún más profundo, al coincidir con el 57º aniversario fundacional de nuestra corporación.

La Cofradía vivió ayer una de esas jornadas que quedan grabadas en la memoria colectiva. Con motivo de la Solemnidad de Cristo Rey, nos reunimos para celebrar nuestra tradicional Misa de Reglas y de Difuntos, un acto que además estaba marcado por un significado aún más profundo, al coincidir con el 57º aniversario fundacional de nuestra corporación.




Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue, sin duda, la imposición de las Insignias de Oro y Brillantes a tres personas cuya entrega y servicio a la Cofradía merecen el mayor de los reconocimientos:
- D. Ernesto Ruiz Canales
- D. Antonio Domenech Lago
- Dña. María Baqué Eguren







A los tres, nuestra gratitud por tantos años de dedicación leal y ejemplar hacia esta familia cofrade.


Fue, en definitiva, una jornada redonda, en la que la familia pollinica disfrutó de un día grande, lleno de significado, emoción y hermandad. Un día que reafirma nuestro compromiso con la fe, con nuestras reglas y con la misión que hace ya 57 años comenzó a escribir esta Cofradía.










Que Cristo Rey siga guiando nuestros pasos y fortaleciendo la unidad que hoy, más que nunca, hemos sentido con fuerza.
